Antonio de Herrera y Tordesillas (Cuéllar, 1549 – Madrid, 28 de marzo de 1626), cronista, historiador y escritor del Siglo de Oro español, autor de la Historia general de los hechos de los castellanos en las Islas y Tierra Firme del mar Océano que llaman Indias Occidentales, conocida como Décadas y considerada una de las mejores obras escritas sobre la conquista de América.
Cronista Mayor de Castilla durante los reinados de Felipe II y Felipe III, y también de Indias. Cristóbal Pérez Pastor le atribuyó el sobrenombre de “Príncipe de los historiadores de Indias”.1 Está considerado el historiador más dilatado de su época, y su obra está compuesta también por una Historia General del Mundo, una de Portugal y una Descripción de Indias. También destaca en su obra la traducción de diferentes obras del italiano o el latín al castellano, e incluso se atrevió a traducir su obra «Descripción de las Indias Occidentales» al holandés.
Antonio de Herrera está considerado como el «Primer lector del Quijote» ya que fue el censor que dio el visto bueno para que se aprobase la impresión de la primera parte del Quijote.
Nació en la Villa de Cuéllar, provincia de Segovia, en una familia noble acomodada. Hijo de Rodrigo de Tordesillas y de Inés de Herrera, de quien tomó el apellido.
Cursó sus primeras letras en el Estudio de Gramática de Cuéllar, desarrollando una habilidad muy notable para relacionarse y una capacidad de trabajo inagotable. Su preparación (importante en lengua latina), cursada posiblemente en Salamanca alcanzó el punto culminante en Italia. En 1570 viajó a Italia, en servicio del príncipe Vespasiano I Gonzaga, uno de los personajes más destacados de su época en Italia. Sus conocimientos de latín se incrementaron a la vez que aprendió italiano.
En 1575 Gonzaga fue nombrado Virrey de Navarra, causa por la cual Herrera regresó a su país, y fijó su residencia en Pamplona. Siguió gozando de la confianza del Virrey cuando pasó a Valencia con el mismo cargo (1579), aunque Herrera trasladó su residencia a la Corte como hombre de máxima confianza de Gonzaga, resolviendo sus cuestiones ante el Rey y la Corte. Simultáneamente Herrera fue ampliando el círculo de sus amistades, estableció contacto con personalidades influyentes a la vez que, paulatinamente, fue amasando una pequeña fortuna.
En los últimos años de vida de Gonzaga, éste presenta al rey Felipe II a Antonio de Herrera, como docto en asuntos históricos; fue el punto de partida de una relación que Herrera supo mantener, comenzando por una serie de cortesías interesadas dedicando sus obras históricas (ya había iniciado su producción) a personajes importantes. Para iniciar con buen pie ese contacto con el Rey tradujo del italiano la obra de Minadoy: Historia de la Guerra entre turcos y persianos.
Durante su estancia en Pamplona conoció a la que habría de ser su primera mujer: Juana de Esparza y Artieda, matrimonio celebrado en 1581 y que le proporcionó un nivel social de cierto relieve, pese a que todavía no hubiera conseguido un capital o patrimonio importante, aunque se hallaba en vías de llegar a hacerlo efectivo. Fruto de este primer matrimonio nació Juana de Herrera, su única hija, que murió en 1587 a temprana edad, tres años después que su madre doña Juana.
Una década después de quedar viudo, contrajo segundo matrimonio con una cuellarana, María de Torres Hinestrosa, descendiente por un costado de los señores de Henestrosa, y por el otro en línea natural, del rey Alfonso IX de León, de quien no tuvo sucesión.
Fuente: Wikipedia